La patria potestad es un concepto fundamental en el sistema jurídico mexicano que establece los derechos y responsabilidades de los padres sobre sus hijos menores de edad. Su objetivo principal es salvaguardar el desarrollo integral y el bienestar de los niños.
Las normas que actualmente rigen la relación entre padres e hijos ha sido objeto de una importante evolución jurídica, que hoy en día ha dejado atrás la vieja concepción de la patria potestad como un poder absoluto de los padres sobre sus hijos, y se ha sustituido por una en la que se privilegia a la protección, educación y formación integral de los menores de edad.
Un aspecto fundamental de la patria potestad es el cuidado y crianza de los hijos, ya que constituye la responsabilidad de los padres de brindar a sus hijos un entorno seguro y saludable, lo cual implica entre otras cosas, proveerlos de una alimentación adecuada, atención médica oportuna, vestimenta adecuada y un lugar seguro para vivir. Asimismo, los padres deben proteger a sus hijos de cualquier forma de abuso o negligencia, asegurando su bienestar físico y emocional.
En este punto, resulta ilustrativo precisar que las responsabilidades que se engloban en la patria potestad recaen en ambos progenitores, es decir, es una obligación compartida sin distinción de género, aunado a que, si bien obligación de alimentos surge y se desarrolla dentro del marco de la patria potestad, ésta no termina cuando los hijos alcanzan la mayoría de edad, sino que se mantiene mientras éstos finalizan sus estudios y encuentran un trabajo que les permita independizarse económicamente, siempre y cuando satisfagan los requisitos establecidos tanto en la ley como en la jurisprudencia.
La patria potestad faculta a los padres a tomar decisiones trascendentales en la vida de sus hijos tales como la elección del nombre, la afiliación religiosa, la participación en actividades extracurriculares, la elección de servicios médicos adecuados, autorizar tratamientos y procedimientos médicos necesarios, así como garantizar la educación adecuada para el desarrollo integral del menor de edad.
Como titulares de la patria potestad, los padres actúan como representantes legales de sus hijos, lo que implica la capacidad de firmar documentos y tomar decisiones en nombre de ellos. Este poder les permite realizar trámites y gestionar asuntos legales y administrativos relacionados con sus hijos, como consentimientos médicos, inscripciones escolares y otros documentos necesarios. La patria potestad incluye la responsabilidad de administrar los bienes y los intereses patrimoniales de los hijos. Los padres deben proteger y gestionar los recursos económicos, propiedades o cuentas bancarias pertenecientes a sus hijos hasta que alcancen la mayoría de edad. Asimismo, deben tomar decisiones financieras en beneficio de los hijos, garantizando su bienestar y protegiéndolos contra cualquier forma de perjuicio.
Con la inclusión en nuestra Constitución del interés superior del menor, la patria potestad se configura como un pilar fundamental para poder construir una sociedad en la que los niños puedan crecer y prosperar plenamente, sirviendo a los padres como un constante recordatorio de la responsabilidad de cuidar y educar a sus hijos con responsabilidad y amor.